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Por un futuro sin exclusiones: transformando el trabajo en dignidad

La Fundación Serra-Schönthal se une a la conmemoración, hoy lunes 7 de octubre, de la Jornada Mundial Por el Trabajo Decente, un derecho de todas las personas del mundo que sin embargo se ve vulnerado de manera estructural debido a las dinámicas propias del capitalismo global y a falta de medidas políticas suficientes y contundentes por parte de los gobiernos.

Estas dinámicas se acentúan en el caso de las mujeres: la feminización de la pobreza, su desigual acceso a la educación, la discriminación atribuible a los estereotipos de género, la sobrecarga de trabajo doméstico desde la infancia, periodo en que las personas deberían estar formándose para labrarse un futuro, son condiciones estructurales de discriminación para las mujeres a la hora de acceder al mercado laboral. Pero, además, una vez que encuentran un empleo, las mujeres siguen sufriendo condiciones de informalidad que las desproveen de sus derechos, discriminación en forma de menor salario que los hombres y mayor probabilidad de vivir episodios de acoso laboral y/o sexual.

Denunciamos que esta falta sistemática de opciones se encuentran en la base de situaciones no deseadas y/o forzadas de prostitución, muchas veces precedidas de procesos migratorios a menudo difíciles y traumáticos, a través de los que las mujeres pierden el contacto con sus familias y redes de apoyo y se insertan en realidades de migración irregular donde acceder a un trabajo decente es prácticamente imposible.  En ocasiones el querer iniciar una migración en busca de una vida mejor lleva a las mujeres a integrarse y/o ser captadas por redes de trata, quienes mediante coacción o engaño obligan a las mujeres a ejercer la prostitución en condiciones de explotación sexual y falta de libertad personal.

Tal y como establece la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Objetivo 8 de Desarrollo Sostenible (ODS 8), reivindicamos que el trabajo decente implica un salario digno, seguridad en el puesto de trabajo, protección social, derechos laborales y perspectivas de desarrollo personal e integración social. El acceso al trabajo decente por parte de todas las mujeres y particularmente aquéllas en situación de vulnerabilidad, es la manera más efectiva, para evitar las situaciones de prostitución no deseada y de trata con fines de explotación sexual.

Además, para las mujeres que están en situación de prostitución y/o trata con fines de explotación sexual es esencial contar con alternativas de empleo decente para abandonar la prostitución. Pero esto no es suficiente: en su tránsito a la inserción laboral se precisan apoyos psico-sociales adaptados y formación en destrezas básicas sociales y emocionales, dado que a menudo dichas habilidades se deterioran en las situaciones de prostitución.

La Fundación Serra-Schönthal tiene la formación para el empleo y el apoyo multidisciplinar en este periodo de transición como uno de sus ejes estratégicos de ayuda a los proyectos especializados en intervención social con mujeres en situación de prostitución y/o víctimas de trata con fines de explotación sexual. Dicha formación incluye tanto ámbitos prelaborales relacionados con la recuperación física y psíquica de las mujeres y/o con el desarrollo de habilidades de gestión social y emocional, como profesionalización en sectores laborales específicos y/o promoción de actividades de emprendimiento. Los proyectos a los que apoya la Fundación



adaptan la atención al contexto socioeconómico, a las circunstancias y aspiraciones de cada mujer, respetando sus tiempos vitales y sus decisiones.

Sin embargo, las entidades sociales no podemos combatir las causas estructurales antes mencionadas de esta situación, por lo que instamos a los estados a promover a nivel nacional y supranacional regulaciones del capitalismo que garanticen el trabajo decente para todas las personas y particularmente para las muje


res más vulnerables; a orientar la política migratoria a la consecución de la seguridad y los derechos de los migrantes, de manera que puedan insertarse en el mercado laboral de destino en igualdad de condiciones con la población autóctona; y a promover políticas públicas para que las que las mujeres en situación de prostitución y/o trata con fines de explotación sexual que lo deseen puedan acceder a un trabajo decente tal y como lo describe la OIT, lo cual implica no sólo promover alternativas laborales, sino también regularidad administrativa, espacios seguros y acciones adaptadas de recuperación psico-social y adquisición de habilidades personales.

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